La paciencia y el dominio de sí mismo
1:22 Un arrebato indebido no puede justificarse, porque el ímpetu de la pasión lleva a la propia ruina.
1:23 El hombre paciente soporta hasta el momento oportuno, pero al fin se llenará de gozo:
1:24 él reserva sus palabras hasta el momento oportuno, y los labios de muchos proclamarán su inteligencia.
La constancia en medio de la prueba
2:1 Hijo, si te decides a servir al Señor, prepara tu alma para la prueba.
2:2 Endereza tu corazón, sé firme, y no te inquietes en el momento de la desgracia.
2:3 Únete al Señor y no te separes, para que al final de tus días seas enaltecido.
2:4 Acepta de buen grado todo lo que te suceda, y sé paciente en las vicisitudes de tu humillación.
2:5 Porque el oro se purifica en el fuego, y los que agradan a Dios, en el crisol de la humillación.
2:6 Confía en él, y él vendrá en tu ayuda, endereza tus caminos y espera en él.
La confianza en Dios
2:7 Los que temen al Señor, esperen su misericordia, y no se desvíen, para no caer.
2:8 Los que temen al Señor, tengan confianza en él, y no les faltará su recompensa.
2:9 Los que temen al Señor, esperen sus beneficios, el gozo duradero y la misericordia.