Hay frases que me han acompañado cada vez que he recaido en mi enfermedad una de ellas "No te preocupes, esto también pasará", no tienen idea lo bueno que ha sido repetirmela al principio de cada tratamiento, creanme que cuando llega la calma y la paz interior todo se ve más claro y tiene otro horizonte, desconectas tu mente de todo lo negativo.
Nada es para siempre, debemos aprender a superar las dificultades y a disfrutar las cosas buenas. Acude a tu fuerza interior, ninguna situación la puedes enfrentar sólo, reafirma tu fé y tus creencias. También reafirmo mi confianza en Dios, como nos enseño su hijo: “Déjame al cuidado de todas tus cosas y todo te ira mejor. Cuando te abandones en mi todo se resolverá con tranquilidad según mis designios. Cierra los ojos del alma y dime con calma: Jesús, yo en ti confío”.