Si yo puedo, ¡tu puedes!


He decidido publicar mi experiencia vivida desde que me diagnosticaron cáncer de mama en el 2003.

Un diagnóstico de cáncer no necesariamente debe relacionarse a muerte. La muerte puede llegar en cualquier momento. Significa debo cambiar de actitud, si no lo hice antes.

También hacer conciencia de la detección temprana, que más vale 30 minutos para hacerte una mamografía que el resto de tus días bajo tratamientos y examenes de control o talvez que sea demasiado tarde.

A la vez esta publicación quiere dejar mensajes positivos y de esperanza para todos los que están en estos momentos luchando por su vida y contarles como he podido cargar esta cruz con dignidad.


Filipenses 4: 6-7 No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.

Hago la observación que no soy escritora, todo comenzó después de mi primera operación,quería escribir sobre mi experiencia y la felicidad que sentía en ese momento porque había ganado la primera batalla.

lunes, 1 de septiembre de 2003

Primer Escrito

Septiembre del 2003
Mensaje de Jesús: “Déjame al cuidado de todas tus cosas y todo te ira mejor. Cuando te abandones en mi todo se resolverá con tranquilidad según mis designios. Cierra los ojos del alma y dime con calma: Jesús, yo en ti confío”. Tengo 37 años de edad, estoy casada desde hace 12 años y tengo una niña de 10 años, y he sido diagnosticada con cáncer de mama conocido como Carcinoma Inflamatorio.

He aprendido mucho acerca de mí, cual es mi lado fuerte y mi lado débil. Nunca olvidare que mi familia y amigos siempre estuvieron conmigo. También experimente lo que se siente que las demás personas oren por ti, y que no importa de que religión tu seas, Dios te ama, Él es único. Tengo otra visión de la vida, y ahora me he dado cuenta que Él siempre esta guiando nuestros pasos, si lo escuchamos. 

Quizás no todos sepan que junto con el cáncer que se activo en mi cuerpo, dentro de mi corazón se activo un inmenso amor a Dios a través de su hijo Nuestro Señor Jesucristo. La gran mayoría dice amarlo, algunos lo aceptamos verdaderamente en nuestro corazón, otros no. El cáncer se activa sin que lo quieras; el amor a nuestro señor se activa cuando tú lo quieras. 

En agradecimiento a todas las personas que se han visto involucradas en mi vida a través de sus oraciones desde el momento en que supieron que tenía cáncer, y que no saben, que no lo veo como un padecimiento, es una experiencia que estoy viviendo positivamente. 

A continuación relato los momentos que viví desde el día 4 de febrero de 2003, día en que me diagnosticaron cáncer de mama, y nunca olviden Él responde nuestras suplicas: 

Ya tenía más de una semana de estar internada en el Hospital Oncológico, esperaba el resultado de la patología. El 4 de febrero fui informada por el Dr. Cebamanos que la misma confirmaba cáncer de mama pero, aun conociendo el diagnóstico no podían operarme debido a lo inflamado que se encontraba toda el área del seno hasta el cuello. Debía esperar que se desinflamara a través de la quimioterapia, y aun peor que encontraran que tenía un marcador alto de un oncogen conocido como Her2, la cual acelera la producción de las células cancerosas. Aunque la noticia la recibí con mucha entereza, decidí caminar y orar. Orarle a Jesús para que me diera la fortaleza de confirmarle a mi familia el diagnóstico. 

Oraba y oraba y seguía suplicándole que me diera fuerzas; sin embargo, no lograba controlar mis nervios. En eso una paciente del cuarto 9 me estaba llamando con insistencia y fui a ver que necesitaba, me explicó que le habían dado de alta y quería llamar a su familia pero que estaba un poco mareada y quería que le hiciera el favor de llamarlos, con mucho gusto lo hice.

Cuando regrese y luego de que ella me agradeciera el gesto, me agarro dulcemente las manos y me pregunto porque estaba yo allí. En ese momento me desahogue en llanto y le expliqué que me acababan de dar la noticia del cáncer y aunque ya lo sabia es muy diferente cuando te lo confirma una patología. Esta señora de 75 años con cáncer de colon, con un optimismo, fortaleza y entregada a la voluntad de Dios, comenzó con una dulzura a hablarme y darme la fuerza que necesitaba. En mi pensamiento no entendía como esta señora a su edad con cáncer de colon podía hablarme con tanta dulzura y tanta fe. En ese momento comprendí que fue mi primer encuentro con Jesús, yo le había pedido en oración fortaleza y Él me consolaba a través de la señora Dulcinea, y me guiaba y me decía confía en mi.

Yo caminaba mucho mientras estuve en el Hospital, así que mas o menos conocía a todas las que estaban internadas, me entere después que ella llego al hospital casi el mismo día que yo y estaba a solo dos cuartos del mío y nunca la había visto y era justamente el día que se iba que la conocí, el día que necesite tanto del consuelo de nuestro señor. Hoy me entero que fue operada en Agosto de este mismo año y no le encontraron cáncer. (Bendito sea Nuestro Señor).



Luego en la tarde cuando descansaba, como a eso de las 3:00 p.m. de pronto sentí una enorme necesidad de ir a la capilla, no tenia ni la mas mínima idea y créanme que me sorprendí acababa de comenzar la misa que se celebraba a esa hora fue como si algo me hubiese llevado allá. Por primera vez visitaba esa capilla, en el fondo hay un mural grande donde se muestra a Jesús guiando las manos de un cirujano que realiza una operación (el de la imágen), fue maravilloso ver como Él realiza sus milagros de curación a través de los doctores, de los medicamentos, pero eso no lo vemos cuando estamos sanos, esto me ayudo a tenerle mucha confianza a mis doctores y tener fe que Él me sanaría. Otra sorpresa fue que el Padre Vázquez Pinto pedía en ese momento una oración por todos los enfermos y en especial por una hermana que lo había llamado de Puerto Rico para avisarle que esa mañana (casualmente el mismo día que a mí) le habían diagnosticado cáncer de mama. Se imaginan lo que sentí, fue una combinación de sorpresa, con alegría, de pensar que sentía que Jesús estaba junto a mí caminando ese día, fue algo indescriptible, algo que no tengo palabras con que explicarles, sólo tenia que confiar. 

Después de dos meses de tratamiento, gracias a nuestro señor me han dado la buena noticia, los exámenes indican una mejoría de 20 puntos menos en los valores de cáncer en mi cuerpo. Lo que me indica que el señor Jesús a través de los medicamentos que me inyectan cada tres semanas ha obrado en mi con su infinita misericordia, me esta curando. Gracias a Él tengo las fuerzas suficientes para seguir llevando mi vida normal dentro de lo que cabe, seguir levantándome temprano para ayudar a mi hija para ir a la escuela, ir al trabajo como siempre lo he hecho. Sin la mas mínima duda que Él me dará las fuerzas para seguir adelante. 


Finalmente el 9 de julio de 2003, mi último ciclo de tratamiento de quimioterapia antes de ser operada, disminuyeron los valores de cáncer a 19.5 que si comparan con lo que comencé que tenia 64.5 bajaron considerablemente, ya no tengo inflamación ni en el seno, ni en los ganglios. Estoy lista para la cirugía Gracias a Dios.  

14 de agosto de 2003, voy en la camilla camino hacia la sala de operaciones, me llevan tres ángeles blancos y ahí esta Jesús en el pasillo, baja de la cruz que esta en la pared y entra conmigo para guiar al Dr. Pablo Duran magnífico cirujano oncólogo, a realizarme una mastectomía total modificada del seno derecho. 

Hoy 2 de septiembre de 2003, me acaban de avisar que la patología salió negativa, que los 23 ganglios que me sacaron todos salieron negativos. No encontraron cáncer. ¡Gracias Señor, yo confíe en ti y tu me curaste! 

Lo que les relataré a continuación ha sido muy importante, ya que no me había dado cuenta lo afortunada que fui al ser tratada con tanta rapidez por todos los médicos que me atendieron desde el 25 de enero de 2003, lo cual me indica que fue desde el primer momento que Jesús estuvo a mi lado, y no lo había percibido.  

La Dra. Marisol Tawachi enseguida me consiguió las citas en el Seguro Social para que me realizaran los exámenes (no sé que habría sido de mi sino fuera por su insistencia) ella me vio el 25 de enero y el 28 de enero ya me tenia cita, primero para realizarme un CAT con la Dra. Leda Moreno de Medicina Nuclear, lo cual agradezco su pronta atención (el mismo día ya tenia en mis manos los resultados), enseguida, la Dra. Tawachi localizo al Dr. Pablo Duran quien casualmente ese día estaba atendiendo en su consultorio en el 7º Piso y créanme, en mi primera cita con él no se sintió muy optimista por lo avanzado de la inflamación (ahora me dice que nunca hubiera podido imaginar pronóstico hoy en día). Ese mismo día y en su consultorio me hizo la biopsia para llevarla a patología, llamo a la Dra. Fernanda Picardi Oncolaga en el I.O.N. para que me atendiera al día siguiente, quien por su parte me dejo hospitalizada precisamente para que todos los exámenes me los realizaran lo antes posible para empezar el tratamiento. 

Sino hubiera sido por la pronta atención que me dieron estos doctores, no sé si el tratamiento que me dieron hubiera dado los resultados que he tenido ahora. 

Por eso pienso que la mano divina de Dios estuvo desde un principio ayudándome. Confío en Él, estamos todos en manos de su santa voluntad. Cada uno tiene que aprender a llevar su cruz, como lo hizo nuestro señor, con valentía, confianza y fe. Él pudo hacerlo, porque como humano padeció mucho dolor y tristeza, se sintió abandonado también, pero nunca perdió la fe. ¿Por qué nosotros no podemos hacerlo?. No debemos dejarnos deprimir, ni angustiarnos, ni quejarnos por cosas que tienen solución. Él nos ama pero no nos damos cuenta. Lo que sucede es que no nos acordamos de Él, lo tenemos olvidado, claro como gozamos de buena salud, nuestros hijos son sanos, nos va bien en el trabajo, no tenemos problemas para conseguir comida, casa, y todas las comodidades que tenemos.  

Una anécdota muy linda fue mientras estuve hospitalizda, me dieron permiso de salir un fin de semana para poder hablar con mi hija ya que mis cuñados se la habían llevado al interior durante es tiempo, ella tenia 10 años, me escucho con mucha atención y cuando termine de explicarle sólo me agarro las manos y me dijo con mucha seguridad, confianza y fe: ‘Mami, no te preocupes si Jesús te va a curar’. En ese momento me di cuenta que debía creer en Él como lo haría un niño, entregándome y confiando sinceramente  en su santa voluntad.   Mateo 10.14  "Entonces Jesús dijo:  Dejen que los niños vengan a mi, y no se lo impidan, porque el reino de Dios es de quienes son como ellos".  

Aprendí que nada tengo sin Él y esto debo agradecérselo.