Si yo puedo, ¡tu puedes!


He decidido publicar mi experiencia vivida desde que me diagnosticaron cáncer de mama en el 2003.

Un diagnóstico de cáncer no necesariamente debe relacionarse a muerte. La muerte puede llegar en cualquier momento. Significa debo cambiar de actitud, si no lo hice antes.

También hacer conciencia de la detección temprana, que más vale 30 minutos para hacerte una mamografía que el resto de tus días bajo tratamientos y examenes de control o talvez que sea demasiado tarde.

A la vez esta publicación quiere dejar mensajes positivos y de esperanza para todos los que están en estos momentos luchando por su vida y contarles como he podido cargar esta cruz con dignidad.


Filipenses 4: 6-7 No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.

Hago la observación que no soy escritora, todo comenzó después de mi primera operación,quería escribir sobre mi experiencia y la felicidad que sentía en ese momento porque había ganado la primera batalla.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Aprendi a vivir a pesar de las espinas

Les comparto este escrito que encontre navegando por internet, me gusta buscar y leer todo lo que me ofresca algo positivo, con lo que me identifique, espero les guste porque así es como aprendi a vivir a pesar de las espinas.
Autor : desconocido
¿Qué cómo aprendí a vivir
y cuándo aprendí a querer?.....
¿Qué cómo aprendí a sufrir?....
¿Cuándo?.... ¿cómo?.... no lo sé.

Aprendí a mirar las estrellas, alumbrando los sueños con ellas.
A mirar los colores del viento y a sentir el sabor del silencio.
Aprendí a encender ilusiones y a escuchar hablar los corazones,
con palabras calladas, con matices de mil sensaciones.

Cuando un día, el dolor tomó mi mano, conocí de frente a la tristeza,
la pena y el llanto se marcharon, al sentir el amor y su grandeza.

La soledad, querida compañera, la que con tanto miedo rechazaba,
me mostró la paz y la armonía de los momentos que con ella estaba.

Comprendí, el sentido de la vida, viviendo el amor y la desdicha,
sintiendo la alegría y la tristeza, conociendo lo breve de la vida.

Aprendí el valor de la paciencia, a calmar los vientos de mi ira,
a llenar con mares de esperanza las zonas más oscuras de mi vida.

Es así, que aprendí a vivir.

¡Quita el cristal de aumento que pones encima de tus desdichas!

Muévete, grita, llora, respira profundo y trata de ser feliz!!!